En los últimos años el mundo de la moda ha querido suavizar la imagen de exclusividad que nos ha vendido durante tanto tiempo. Hemos podido ver a modelos con más edad de la habitual, albinas, con vitíligo, bizcas, mancas o en silla de ruedas representando a marcas importantes, en un intento de reflejar la diversidad que hay más allá de las pasarelas. Pero hay un límite que pocos se atreven a traspasar y que no es otro que el del peso, la talla y las curvas.
Modelos ¿XL?
La revista Vogue Italia se ganó la admiración de todos con su edición de junio de 2011 titulada Belle Vere (Mujeres verdaderamente bellas) protagonizada por Tara Lynn, Candice Huffine y Robyn Lawley. En su interior, las tres modelos presumían de redondeces vestidas con corpiños, antifaces, medias y ligueros. La editora Franca Sozzani defendía esta decisión tan arriesgada alegando que la belleza no entiende de formas y que había sitio para todas, incluso para mujeres consideradas plus size como las que presentaba en ese número.
Aquello fue una pequeña revolución, tanto por apostar por mujeres con curvas como por reivindicar la libertad y pluralidad de la sensualidad. Pero también escondía una trampa habitual en el mundo de la moda que demuestra el poco contacto que tiene con la realidad de la calle, porque aunque dejaran a un lado la talla 34, tan solo Candice Huffine, con su 48, se acercaba a lo que de verdad es una talla grande.
La normalidad de la curva
Hace unos años Mango lanzó Violeta, una nueva línea que las editoriales consideraron como su versión XL. Cuando se supo que las tallas de dicha línea iban de la 40 a la 52 las críticas no se hicieron esperar, y es que había mucha gente que no entendía como una 40, 42 o 44 podían ser consideradas como tallas especiales.
Su imagen actual es Robyn Lawley y en cada entrevista que le hacen se destaca que es una mujer amante de la comida, que sus curvas están revolucionando la moda, que tuvo muchos problemas para dedicarse a ello debido a sus medidas (1,88m y 91-74-100) y que debido a su talla poco habitual tuvo que dedicarse al plus size. Viéndola en bañador cuesta creer que alguien la considere así, ya que Robyn usa una 42, una talla de lo más normal en la vida real, pero que la industria considera grande.
Super-supermodelo
Una de las pocas agencias que se ha atrevido a dar un paso más allá ha sido Milk Management con el fichaje de Tess Munster (o Tess Holliday, como prefiere que la llamen). Durante años le repitieron que nunca podría ser modelo profesional y ahora su imagen ha sacudido el mundo de la moda. No solo destaca por sus tatuajes de pin-up en el amplio catálogo de chicas curve de la agencia inglesa, sino también por sus medidas tan únicas. Mientras sus compañeras superan el 1,75m y como mucho usan una 48, Tess mide 1,65m, pesa 120kg y utiliza la 54. De esta forma se convierte en la primera modelo en fichar por una agencia de renombre que realmente tiene una talla grande.
Tess está orgullosa de sus curvas y sus proporciones exageradas, por eso utiliza su cuerpo y las redes sociales para denunciar la crueldad de la moda y la imagen. Cansada del rechazo y de escuchar qué ropa debía o no debía ponerse, decidió convertirse en activista body positive, y bajo la etiqueta #EffYourBeautyStandards invita a las mujeres a amar su cuerpo y a no avergonzarse de cómo son, sean cuales sean sus formas, dimensiones y talla.